La enfermedad del Alzheimer empieza en el 80% de los casos entre los 45 y 65 años. Todos conocemos su cuadro clínico porque esta enfermedad neurodegenerativa, que se caracteriza por generar un deterioro en el sistema nervioso, se hace más presente actualmente debido a la mayor longevidad de la vida. Sus primeras manifestaciones consisten en un déficit mnésico y una desorientación espacial; el enfermo pierde sus objetos, se pierde en la calle y es incapaz de evocar recuerdos. La capacidad simbólica es seriamente afectada. Se pierde el reconocimiento de los colores, de las formas, de las fisionomías y a veces se acusa la falta de identificación del propio rostro ante el espejo.
El pintor William Utermohlen nació el 4 de diciembre de 1933 en South Philadelfia ( USA). Artista figurativo estudió desde 1951 a 1957 en una de las academias más prestigiosas de Estados Unidos en la Pennsylvania Academy of the fine Arts. Continuó sus estudios en Inglaterra donde desarrolló su obra y su vida plástica.
Su obra posee una fuerza visual centrada en la precisión de su dibujo.
En 1995, con 61 años, se inicia en él el largo recorrido del deterioro cognitivo. Unos años antes se había iniciado el alarmante proceso con la perdida de habilidad habitual y cotidiana y la falta de rigor memorístico. A William Utermohlen se le diagnosticó la enfermedad de Alzheimer con 65 años de edad y en evaluaciones posteriores que se le realizaron reflejaban un deterioro progresivo de su funcionamiento cognitivo y una atrofia generalizada de su cerebro.
Desde el momento de su diagnóstico, su trabajo de artista se enfrentará a un tema muy frecuente en él, el autorretrato. La necesidad de observarse, analizarse y definirse habitual entre artistas ( Rembrandt, Van Gogh…), en William Utermohlen a partir de 1995 se transforma en muestrario de la evolución de su enfermedad.
Año tras año de convalecencia quedan reflejados en unos rostros que poco a poco van perdiendo rasgos, formas, color para adquirir desasosiego, miedo y sensación de vacío.
Un autorretrato de 1967 marca la pauta comparativa de esas figuras que a partir de 1995 hasta el año 2000 van definiendo la descomposición provocada por el Alzheimer: soledad, incomunicación, vacío y negación del ser. Esas caras pierden el rigor del dibujo, los rasgos definitorios se disuelven y la mirada se pierde.
William Utermohlen ha retratado la enfermedad del Alzheimer desde su progresiva desestructuración, su oficio de pintor ejercido desde el olvido ha sabido reflejar el descenso vertiginoso de la pérdida del yo, la memoria y la nada.
Los autorretratos que agrupados ilustran el título de este texto son de los años: 1967, 1996, 1997,1998, 1999 y 2000.
Yo tube a mi padre con alzaimer y lo disfrute mas que enlabida me llamaba madre y solo quería besos y abrazos.se convierten como niños y solo quieren cariño y que estés cpnellos
Yo tube a mi padre con alzaimer y lo disfrute mas que enlabida me llamaba madre y solo quería besos y abrazos.se convierten como niños y solo quieren cariño y que estés con ellos y por ellos
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