Hay libros que al releerse percibes entre los espacios de sus palabras brechas de ecos que se renuevan y afloran en la memoria como restos de paladeos y sabores evocados, en su momento, por sus textos. Un pequeño libro editado en 1982 con veinticinco poemas dejó en su primera lectura huellas que siempre me parecen, al retomarlo de nuevo, recientes y originales. Su autor es Pere Gimferrer y el libro Apariciones y otros poemas. Si algo lo define es su fértil creatividad y un lenguaje en flor.
Pere Gimferrer es un poeta inabarcable. Mi propósito al escribir este texto no es comentar su poesía, mas bien estos párrafos solo intentan un acercamiento por un camino muy distinto, el del juego. Un juego caprichoso y cercano al collage cuya regla no es otra que escribir una palabra romperla en fragmentos y tratar de leerlos.
La palabra seleccionada, LUZ, pertenece a un mínimo pero inmenso e intenso poema contenido en Apariciones y otros poemas:
ART POÈTICA
Alguna cosa més que el do de síntesi:
veure en la llum el trânsit de la llum.
ARTE POÉTICA
Algo más que el don de síntesis:
ver en la luz el tránsito de la luz.
Es tan bello e intocable el poema que sobra todo comentario. Solo resta reflexionar y, si es posible, dejarse arrastrar por ese tránsito respirándolo. No hay otra forma de abordar su profunda y penetrante luminosidad.
Su belleza y sencillez me animan en el juego que pretendo realizar. Otra cosa no sabría hacer pues trabajo con colores, pinceles y materia. La idea es escribir un par de veces la palabra LUZ en una cartulina y cortar y componer dos nuevas palabras extrañas y buscarles un significado mágico y oracular.
Intencionadamente realizo el primer corte y surge UZ.
Su sonido viaja por la memoria y por afinidad sonora me traslada a otra lengua, la vasca, y a la palabra UTS . Este sonido se traduce por vacío y también por pureza.
En el segundo corte del juego visualizo LU.
Dudo, pienso…inesperadamente esta palabra me lleva imaginariamente hasta el mítico monte Lu, (Lu Shan), uno de los lugares más bellos de China y que desde hace más de quince siglos ha sido inspiración para religiosos, pintores y poetas. Situado en la provincia de Jiangxi, el monte Lu se eleva a más de dos mil metros de altura y su agreste encanto ha transcendido hasta tal punto que en chino decir belleza del monte Lu significa conceptualmente un misterio sin fondo.
El oráculo ha hablado en este juego-collage de palabras halladas, troballas, mostrando en su peculiar ámbito de reunión afinidad al Arte Póetica de Pere Gimferrer. Es lo que percibo al unir los sonidos y los significados de vacío, pureza y misterio insondable. El sonido de las palabras pronunciadas, con su sentido adquirido, ondean por el espacio para ser escuchadas y al instante perdurar inmateriales, inaudibles y sin tiempo en la mente del lector.
Algo más que el don de síntesis: oír en la palabra el silencio de su origen. Palabras de aliento.
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